martes, 21 de julio de 2009

Vale la pena buscarnos...


Hace un tiempo un gran amigo me envió un escrito de su autoría, la verdad que sus palabras me llegaron al alma, y por ese motivo, hoy lo comparto con ustedes.
Gracias Juan por compartir con nosotros la maravilla de tu esencia, esa esencia que sólo la tienen las personas con luz propia...

BUSCÁNDONOS...

Nadie encuentra lo que no está buscando.

No es verdad que las cosas aparecen de pronto;
que, sorpresivamente, cuando para la lluvia,
vemos una hermosa flor en el tallo
en el que antes no había nada.
Allí hubo, por lo menos, un capullo cerrado,
algo que estaba por abrirse,
por transformarse en flor...
Cuando un hombre encuentra a una mujer,
cuando una mujer encuentra a un hombre...
los dos estaban buscándose.
Por soledad. O por dolor.
O por ganas de revivir la vida
insuflándole oxígeno a los pulmones.
O porque sí. ¿Por qué explicarlo todo?
¿Por qué decir que la causa, el efecto,
que la casualidad no existe, que...?
Mejor pensemos que lo importante es que,
cuando no hay alguien a nuestro lado,
no hacemos tostadas (¿para mí solamente?(No...),
no gastamos el frasco de perfume,
duran menos las latas de atún
y más las milanesas en el freezer,
compramos con más nostalgia que alegría
un ramito de flores para llevar a casa,
y estrenamos muy pocas cosas.
Se van yendo las ganas,
como se va la luz, poquito a poco...
Y la noche nos asesta su golpe con el recuerdo,
nos envía sus fantasmas más tristes,
sus sombras incansables e inclementes.
La noche que no termina nunca, que crece,
que atormenta, que entrevera nombres, que ronda,
que agiganta las lágrimas
hasta transformarlas en un océano.
Estamos solos porque no hacemos una llamada.
Porque no damos el paso que nos acerca.
Porque no decimos la primera palabra
que se transforme en puente.
Nadie encuentra lo que no está buscando.
¿Por qué crees que vos y yo nos encontramos?
¿Desde dónde venías acercándote?
¿Desde cuándo yo esperaba que llegaras?
¿Por qué yo?¿Por qué vos?¿Por qué nosotros?
¿Por qué crees que no te desviaste con otro rumbo,
que no fuiste más hacia el sur,
o más al norte, o al otro lado del mar incalculable?
¿Por qué pensás que me detuve para que pudieras alcanzarme,
extender las dos ramas de mis brazos,
abarcarte con toda ternura como diciéndote
"ahora ya no te pasará nada malo,
nada triste, nada cruel";
podés dejar de llorar, podés dormir con los ojos cerrados, mansamente
y al despertar, no estarás sola...
Nunca más estarás sola.
"¿Y yo no estaré solo nunca más...?"
¿Por qué?Porque los dos estábamos buscándonos.
Vos y yo.
Regresando.
Volviendo al paraíso prometido
que salimos a buscar sin saber
que lo teníamos tan cerca,
debajo de los pies.
Cuando un hombre encuentra a una mujer,
cuando una mujer encuentra a un hombre...
los dos estaban buscándose.
Nadie encuentra lo que no está buscando.
Me entendés?

Juan Eugenio

1 comentario:

  1. Gracias a vos querida amiga !!!!
    Un beso mas que grande !!

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