"Había un incendio en un gran bosque, con llamaradas impresionantes, de una altura extraordinaria... Una pequeña ave, muy pequeñita, fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, y las empezó a agitar para apagarlo, volvía a regresar y volvía a ir, una y otra vez.
Dios que observaba, la mandó a llamar y le dijo: - Oye, ¿por qué estás haciendo eso? ¿Cómo crees que con esas gotitas de agua, puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones? Date cuenta, no lo vas a lograr.
La pequeña ave, humildemente contestó: - Señor, el bosque me ha dado tanto, lo amo tanto, yo nací en él, este bosque me ha enseñado la naturaleza, este bosque me ha dado todo mi ser, es mi origen, mi hogar, este bosque me aceptó tal cual soy... y me voy a morir lanzando gotitas de agua, que para mí, son gotitas de amor... porque a este bosque lo amo tanto, que no podría vivir sin él.
Diciendo esto, la pequeña volvió al río a mojar sus alas, regresó sobre el incendio a agitarlas, enviando sus pequeñas gotitas de amor...
Dios entendió lo que hacía la pequeña ave por su amado bosque y le ayudó a apagar el incendio".
No dejes que el egoísmo y el silencio destruyan una relación, no te olvides que cada gotita de agua apacigua un incendio, cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos, un mejor mañana será su reflejo.
Ama sin miedo a ser herida, arriésgate por el amor de esa persona, demuéstrale que tienes un océano para él, un océano formado por millones de gotitas de amor...
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