Un día partiste sin decir adiós,
dejando un corazón sin aviso,
guardando en el dolor un millón de sueños compartidos.
El tiempo pasó,
y mis heridas se curaron.
Aún así, tu recuerdo sigue en mí,
inmerso entre la alegría y la melancolía.
Fuiste la estrella que trajo luz a mi soledad,
le diste sentido a mi latir,
y sin medir el dolor, decidiste partir...
Hace mucho tiempo que sos el recuerdo de un viejo amor,
hoy suelto tu mano y pido me dejes volar...
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