Hoy el almanaque señala que comienza una nueva estación, la estación más cálida del año: la primavera. Escuchando a mi alma, que cada día comprendo más lo sabia que es, logré entender que la vida debe ser vivida como una eterna primavera, no importa qué tan fríos y oscuros son los momentos tristes que nos dejó el invierno, no son lo suficientemente fuertes para no permitirnos renacer...
Todos tenemos en algún rincón de nuestra alma: alguna lágrima por un amor no correspondido, una tristeza por ese final inevitable, la esperanza debilitada por aquello que no pudo ser, el sufrimiento callado y testigo de un adiós precipitado, sueños que fueron depositados en el olvido, y miedo, mucho miedo que forman una coraza, con la falsa idea de que nos protege.
Muchas veces, esa coraza no nos permite ver que el sol sigue brillando, que la naturaleza se renueva y se viste de los mejores colores, que la vida sigue dándonos oportunidades para ser feliz.
No anclemos nuestros días en un invierno frío, solitario y tembloroso, renazcamos en esta nueva primavera, imitemos a los árboles y como ellos dejemos crecer las más bellas hojas en nosotros. Cambiemos la mirada, transmitamos alegría, picardía y complicidad en ella; transformemos las lágrimas de penas en lágrimas de felicidad, saquemos a relucir los sueños más osados, enfrentemos al viento y sus obstáculos para ver nuestros sueños cumplidos.
No te demores, no te engañes diciendo que mañana empieza tu primavera, el comienzo es hoy y sólo depende que vos quieras hacer de este comienzo un nuevo amanecer...
Toma de la mano a la audacia, hazte cómplice de la aventura, cierra los ojos y atrévete a vivir, dispersa sonrisas y alegrías por doquier, es tu vida, sólo tuya, no dejes que se pase sin ser vivida...
Feliz primavera, feliz nuevo comienzo en tu vida.